CRONICAS LEGALES VI

La rapidez del tiempo marca la indiferencia de la autoridad, la desesperación te obliga a imaginar mañanas mejores; pero la pobreza acentúa la extravagancia de quienes pretenden ser lo que en definitiva no parecen.

 Ocupación: mecánico, sin un ingreso fijo, originario de la ciudad y con la idea de que el hurto es una buena opción, hasta que alguien te obliga a dejar de hacerlo y te traslada al lugar de paredes blancas, personas variadas que portan desde trajes hasta credenciales, automóviles de lujo y papeles que contienen una parte de tu historia, la misma que se te ocurrió mientras caminabas por la calle y tropezaste con un cable.

La historia, la opción seductora que te hace redundar en una pregunta sin respuesta, la que te hace dormir en un lugar extraño, incómodo, frío, obscuro; la misma que obligó a otros a tratarte de otra manera, la que salió de tus manos y te hace sentir la indiferencia, la apatía de quienes están obligados a hablar contigo, a condescenderte porque gracias a tu error tienen trabajo.

La historia del hurto, del sueño trillado de salir de la pobreza con la que naciste; tu historia, la que se volvió grave cuando tú la tomaste a la ligera…

La historia de siempre, la que se repite tantas veces como sea necesario, la que solo cambia el nombre al protagonista, tu historia, la del nuevo error cometido, la misma a la que tu genialidad decidió ponerle nombre y apellido.

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